Si todas las estaciones tienen algo especial, la Primavera es sin duda la más alegre. Después de un frío invierno, todo se llena de color, la temperatura se vuelve agradable y la luz inunda cada rincón.
Durante estas semanas hemos ido dando la bienvenida a la estación y hemos disfrutado y conocido todas sus particularidades. Esta semana y antes de que en Sevilla la Primavera se convierta en Verano dentro de poco más de dos días, jeje, hemos querido hacer un homenaje a esta estación, llenando nuestra escuela de elementos característicos de los que hemos aprendido y hemos experimentado.
Nos hemos convertido en jardineros, plantando, regando y viendo como iban creciendo nuestras plantas, conociendo sus partes y los elementos necesarios para que puedan crecer. Les ha encantado el proceso además de aprender lo importante de cuidarlas y respetarlas.
Hemos podido acompañar a nuestros pequeños amigos, los gusanos de seda, en su crecimiento. Desde bien pequeñitos hemos visto cómo han ido creciendo y comiendo un montón hasta formar sus capullos. ¡Estamos deseando ver que ocurrirá después!
Hemos participado en un cuento motor donde han representado la llegada de la Primavera y sus movimientos han imitado la salida del sol, el crecimiento de las plantas, el vuelo de pájaros y mariposas… maravillosa actividad motriz en la que la interpretación y la expresión corporal toman el protagonismo.
También hemos hecho una pequeña manualidad de la Primavera para estimular la psicomotricidad fina. Con pinzas de la ropa, nuestros peques han creado pájaros, gusanos, mariposas y flores, llenando la escuela de color. Los han decorado como han querido y han pegado los complementos necesarios para coger la forma elegida. Han quedado genial.
Pero no penséis que la creatividad acaba aquí. Decidimos hacer entre todas las clases el museo de la Primavera. El espacio elegido para tal función ha sido el gran azulejo rojo. Cada clase ha elaborado en gran grupo sus murales, eligiendo entre todos los colores que querían utilizar y la técnica que utilizarían, dándoles la capacidad de elegir y poner en marcha un plan común. Además hemos realizado estampaciones con elementos naturales, ampliando su experiencia plástica.
Y para terminar las actividades de la Primavera, que mejor modo que hacer una gran fiesta en su honor. Cada peque vino vestido con colores alegres y floreados, cantamos y jugamos y comimos fruta fresquita típica de la estación. ¡Qué divertido! y es que, aquí, en nuestra escuela, cualquier excusa es buena para que los peques disfruten de una buena «fiestuqui»
Hasta aquí nuestro trabajo de la Primavera. Volveremos con nuevas experiencias increíbles que compartir con vosotros.
¡Un abrazo, «cigüeñer@s!
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